EVALUACIÒN DE LOS APRENDIZAJES
Evaluación es el proceso de obtener información y usarla para formar juicios de valor que a su vez se utilizarán en la toma de decisiones (Tenbrinck, 1981).
“Es un proceso sistemático y riguroso de recogida de datos,
incorporado al proceso educativo desde su comienzo de manera que sea posible disponer de información continua y significativa para conocer la situación, formar juicios de valor con respecto a
ella y tomar las decisiones adecuadas para proseguir la actividad educativa, mejorándola progresivamente” Casanova (1995).
La evaluación de los aprendizajes escolares se refiere al proceso sistemático y continuo mediante el cual se determina el grado en que
se están logrando los objetivos de aprendizaje. Dicho proceso tiene una función primordial dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, pues por medio de ella se retroalimenta dicho
proceso.
LA EVALUACIÒN EN LOS CENTROS EDUCATIVOS DE EL SALVADOR
En El Salvador actualmente la evaluación, en el proceso de enseñanza – aprendizaje (PEA), dentro de las instituciones educativas
tanto en el sector público como privado no ha sido la mejor, ó en otras palabras no ha arrojado los resultados esperados por el Ministerio de Educación y por los maestros que
laboran en dichos centros. Y esto de debe a la falta de conocimiento de técnicas y estrategias de evaluación que pueden ser implementadas para medir la condición del alumno, el logro
ó dificultad que esta experimentando y los juicios que puedan tomarse sobre este mismo al finalizar el PEA. Además se debe también a la falta de interés del maestro de implementar
dichas técnicas, actividades y estrategias.
Al no ejecutar la evaluación de los aprendizajes de forma adecuada, se abre la puerta que desencadena un mar de problemas de aprendizaje y conducta en
los alumnos, y se vuelve un trabajo mucho más pesado y fastidioso para el maestro. Debido a que en ocasiones el maestro no conoce el nivel real académico del alumno este decide
plantearse objetivos demasiado astrales ó también objetivos simples que deliberadamente desarrolla en contenidos que son altamente complejos o lo contrario pueden resultar monótonos
para el estudiante, además en la actualidad existen maestros y maestras que no son capaces de ver las deficiencias y debilidades que los jóvenes pueden presentar en determinadas
asignaturas o contenidos, y si los ven no saben como darles el tratamiento adecuado para poder superarlos juntos a su grupo de estudiantes.
El maestro de hoy en día piensa que evaluar es simplemente convertir en datos numéricos en escala del 1 al 10, los resultados de pruebas escritas que se
hacen a los estudiantes al final de cada trimestre y dejan a un lado técnicas y estrategias que permiten conocer y garantizar que un alumno se esta enriqueciéndose cognitivamente en
el PEA, a pesar que sus calificaciones no sean excelentes o perfectas.
Para ello estudiaremos las pasos de cómo podemos desarrollar una buena evaluación de los aprendizajes con nuestros alumnos/as y que al final lograremos
cumplir con nuestros objetivos y expectativas en el Proceso de Enseñanza- Aprendizaje.
Comparación entre la evaluación actual del país y la evaluación ideal en Proceso de Enseñanza - Aprendizaje (PEA).
SISTEMA DE EVALUACIÓN EN LOS CENTROS EDUCATIVOS DE EL
SALVADOR
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EVALUACIÓN ACTUALMENTE.
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EVALUACIÓN IDEAL.
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· El maestro inicia el
año lectivo escolar sin tomar en cuenta la acomodación de estrategias y objetivos. Empieza a desarrollar contenidos sin conocer la realidad
académica del alumno.
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· Al iniciar el año el maestro debe
realizar una evaluación diagnostica a los estudiantes.
· Conforme los resultados obtenidos
de la evaluación diagnostica el maestro de adecuar el programa de estudio y establecer nuevos objetivos que se apeguen a las necesidades del estudiante.
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· El docente evalúa para medir el alcance de objetivos en los
alumnos, haciendo uso de los mismos instrumentos (pruebas escritas), de pronto los resultados no son los esperados en todos los alumnos, aun así el maestro
sigue desarrollando su maya curricular.
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· El docente debe realizar
evoluciones de tipo formativa, a través de exámenes prácticos, evoluciones y coevaluaciones que le permita identificar deficiencias en los alumnos y poder
remediarlas.
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· Carencia de estrategias y técnicas para el desarrollo en el
proceso de enseñanza – aprendizaje.
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· El docente debe ser el promotor de
la motivación con el grupo de alumnos haciendo uso de estrategias en los momentos mas difícil del PEA, ya que esto le permite poder despertar en el alumno la
motivación intrínseca, la cual da lugar a los deseos de ” aprender para aprender”, comprometiendo al alumno consigo mismo.
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· Se realiza un proceso de recuperación al final del año con
alumnos que han presentado problemas de aprendizaje en determinadas asignaturas y contenidos.
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· Debe realizarse a lo largo del año
los refuerzos académicos al finalizar contenidos o unidades en PEA.
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· No se concientiza al alumno con respecto de las fallas o
debilidades que presentan en determinado momento en los aprendizajes.
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· Se debe orientar al estudiante para
que tome conciencia con respecto a conflictos que este presente, y que pueda buscar y encontrar los métodos para vencer sus debilidades en cuanto a su
aprendizaje.
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· Se realizan evoluciones finales, para luego convertirlas de
forma simple en un valor numero llamado calificación.
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· Deben realizarse evaluaciones de carácter sumativas para poder ver el alcance de logros en los objetivos propuestos con los alumnos de forma
individual como también grupal, para poder tomar un juicio y luego certificar y acreditar al alumno.
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RECOMENDACIONES PARA LOS DOCENTES AL MOMENTO DE EVALUAR
No se puede culpar o criticar deliberadamente de forma general a los docentes, en la manera de implementar métodos y técnicas de evaluación en el Proceso de Enseñanza-
Aprendizaje.
La mala implementación de las evaluaciones de los aprendizajes puede surgir por muchos factores.
- Por la falta de información que el docente tiene sobre este proceso.
- Por los puntos de vista que cada quien tiene acerca de la evaluación.
Independientemente sea cual sea el problema, el docente se ve con la necesidad y la obligación de conocer, aprender y ejecutar el idóneo proceso de evaluación de los
aprendizajes.
La evolución de los aprendizajes esta dividida por partes las cuales son:
El propósito y fin de todo maestro es que al finalizar el año escolar los alumnos puedan lograr el alcance de los objetivos propuestos, para que dichos planes se cumplan, el docente
tiene que implementar la evaluación de los aprendizajes“según la finalidad de los objetivos” la cual consta de la evaluación diagnostica, formativa y sumativa.
Estudiaremos en que consisten, sus propósitos, sus funciones, los momentos adecuados donde se pueden implementar, los tipos de instrumentos que se utilizan en cada una de ellas y que hacer
con los resultados obtenidos.
RECOMENDACIONES PARA DIRECTORES DE CENTROS EDUCATIVOS, PARA ALCANZAR LOS OBJETIVOS PROPUESTOS EN LA EVALUACIÒN ESCOLAR Y EVALUACIÒN DE LOS
APRENDIZAJES
Recomendaciones a para directores/as de Centros Educativos.
Un director/a como líder, representante, coordinador de un grupo de maestros, personal administrativo y miembros de una comunidad de un Centro Educativo, tiene el compromiso de velar por el
bienestar de sus compañeros y el de sus alumnos. El objetivo primordial de todo director es que su institución sobre salga con un nivel académico altamente superior a cualquier otra. En la
evaluación de los aprendizajes se involucran todos y todas las personas que tengan que ver con la educación, en este caso el directo influye mucho en el PEA, ya que por medio de el puede
ejecutarse diferentes actividades que mejoren la calidad de dichos aprendizajes.
Algunas de las características, habilidades y destrezas que todo director debería de poseer y ejercer para mejorar el Proceso de Enseñanza - Aprendizaje
son:
Liderazgo pedagógico:
El aspecto pedagógico es, sin duda, el central en la escuela. Por ello, es triste ver a algunos directores sumidos en muchas tareas y presiones de otra índole y lejos de ese liderazgo. Es
necesario que el rol del director sea conducir y nutrir una comunidad de aprendizaje, también entre los adultos de la escuela. No basta con “enviar” a los profesores a cursos y congresos para
lograr esto. Es importante traer a la propia escuela la discusión, el análisis y la reflexión sobre el quehacer pedagógico, y el director debe ser parte de estas dinámicas. El liderazgo
pedagógico supone también una presencia en el día a día, brindando soporte al equipo de profesores en aspectos que constituyen condiciones indispensables para que cada profesor pueda cumplir su
labor (diseño de planes para el mejor aprovechamiento de la infraestructura, así como de estrategias para el mejor manejo de la disciplina, entre otros). Un aspecto importante para cumplir a
cabalidad este rol es que el propio director sea profesor en su escuela: el cumplir con el mismo currículo, las mismas reglas y las mismas expectativas que los demás profesores suele dar
información muy importante en los procesos de mejoramiento de sistemas y enfoques de trabajo.
Liderazgo para el cambio y visión de futuro:
Una escuela que busca cambiar necesita claridad sobre sus metas. Más allá de la búsqueda de soluciones para problemas concretos, se trata de fomentar la adaptación a nuevos valores y paradigmas.
La visión hacia el futuro debe ser clara y poderosamente transmitida, contagiada por el(la) director(a), pues la ruta que dicha visión trace requerirá de sacrificios y supondrá algunos niveles de
oposición.
Participación:
Se debe buscar el trabajo en equipo, no sólo en el aula, sino en la institución en general. La creación de comités mixtos para discutir temas y asumir responsabilidades es
una herramienta interesante. Es importante que a través de ella, el director pueda delegar responsabilidades y decisiones, acercando estas últimas a las personas implicadas más directamente. El
director ya no cumplirá un rol de decidir en soledad, sino más bien de señalar puntos críticos, problemas y oportunidades y ponerlos en discusión. La meta es que poco a poco varios grupos cuenten
con mayores niveles de capacidad de decisión en la institución. De ese modo se da un empoderamiento de los profesores y demás profesionales que son parte de ella. Obviamente, desde la situación
de cada escuela, llegar a esta meta puede suponer un largo camino fortaleciendo la formación de cada uno de sus miembros para estar en la posibilidad de integrar un equipo con este sentido.
Cultura de autoevaluación:
Una escuela que cambia necesita conocer sus fortalezas y dificultades, autoevaluarse permanentemente y desarrollar los reflejos para corregir el rumbo y aprovechar las nuevas
oportunidades que el cambio le irá presentando. Para ello es necesario un clima de comunicación abierta y un sistema fluido de recojo de información. Encuestas, balances personales,
conversatorios y otras herramientas serán útiles. Pero muy importante será la capacidad que el propio director desarrolle para hacer lo mismo y ponerse delante de los cuestionamientos a los
enfoques y las propuestas que él mismo va liderando en el cambio; incluso estar alertas a las percepciones que los demás miembros tienen de su propio rol.
Clima institucional:
Definitivamente el clima dentro de cada escuela determina mucho de lo que ella es y de lo que para sus alumnos busca. Los estilos de comunicación abren o cierran posibilidades en el
desarrollo del perfil de los alumnos también. Una escuela que promueve una comunicación puramente vertical difícilmente logrará la formación de alumnos especialmente comunicativos y
participativos. Una escuela que no escucha a sus miembros porque ya sabe todo lo que hay que hacer, tampoco logrará que sus alumnos estén dispuestos a desarrollar su propia capacidad de
escucha. Una escuela que no valora la exactitud en su comunicación, cambia los mensajes sin cuidar de mantener una línea clara, o se muestra desorganizada en sus propuestas, transmitirá esa
misma cultura a sus alumnos. Para bien o para mal, esta cultura y estos estilos de comunicación tendrán mucho que ver con las formas que el propio director asuma en sus vínculos con los demás
miembros. Serán importantes, desde los detalles más simples, como el conocer, saludar y escuchar con atención a quiénes lo requieran, hasta la capacidad de desarrollar empatía con los
diferentes miembros de la institución –a veces con intereses contrapuestos, pero nunca irreconciliables si logramos poner la formación de los alumnos en el centro. Estos “buenos vínculos” no
sólo aportan al clima deseado en la institución, sino que fortalecen el liderazgo necesario para conducirla en épocas de cambio. Pero las épocas de cambio requieren estabilidad en alguna
medida también y para ello es necesario que el director que lidera y exige el cambio, sea capaz de asumir esa responsabilidad institucionalmente, y se haga cargo no sólo del reconocimiento en
el éxito sino también de la culpa cuando algo fracasa.